El día del campesino en Sopó

El 95% de la especie humana hoy sirve en la ciudad o en los corredores urbanos. Sopó en la sabana centro no es un excepción a este fenómeno de aculturación ahora a principios de sigo XXI.

Esto lo pudimos comprobar al día 26 de julio de 2009 cuando la administración municipal celebró al día del campesino en este hermoso y apacible municipio del altiplano cundiboyacense.

¿Por qué sucede esto?
La evolución y cambios de la agitación de la modernidad y la post-modernidad han hecho del campesino tradicional una persona con otra mentalidad:

Los miedos de comunicación, la sociedad de consumo y la publicidad subliminal han logrado efectos de la nuevas tendencias socio-económicas que atrapan a la sociedad contemporánea como una telaraña agarra a un mosco. Para eso están las nuevas tecnologías, el celular, el Internet la televisión e incluso la radio. Ellos se encargan de ir cambiando la mentalidad campesina en una mentalidad de consumidores urbanos de modas y productos algunas veces innecesarias. Para eso se vean las necesidades de compra. Ese es el mundo globalizado de hoy.

Ya no se consiguen campesinos que cultiven la tierra, que cuiden la mediana y pequeña propiedad con múltiples oficios (arar, preparar tierras, ordenar, y cultivar productos agrícolas). El caballo se cambio por la moto o el carro. No se ven siquiera huertas caseras par el consumo familiar. Ahora la aldea es global. Aunque cada uno de nosotros llevamos un campesino por dentro, pocos son quienes lo asumen con orgullo y compromiso de identidad cultural.

La políticas estatales a todos los niveles han descuidado los incentivos a los campesinos y sus familias, y por eso ellos prefieren buscar otros horizontes que generalmente son inciertos.

Seria bueno que tanto a nivel educativo como de la empresa privada y las administraciones locales y nacionales volvieran los ojos al campo con el animo de orientar, ayudar, colaborar e incentivar a los hombres del agro con el fin de que sigan en su medio produciendo alegría, solidaridad, nobleza, alimentos, trabajo y amor en su territorio. Ese sería un buen camino en la busca de la paz.

 

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