Foto: Fabián Lugo
El muralismo tiene años de existencia, sin embargo ha sido visto como la oveja negra de la familia, esto hablando de todo lo que comprenden las artes. Sus inicios fueron después de la revolución mexicana a principios del siglo XX. Aunque en Colombia el arte muralista llegó, fue rechazado por una sociedad conservadora, situación que hasta la fecha continua presentándose. Sin embargo, existen artistas que siguen intentando hacer de esté una herramienta social.
En nuestro municipio, encontramos uno de esos artistas, Jesús Zambrano, un joven soposeño que ha encontrado en el arte su motor para sobrevivir y dejar huella.
- ¿Cuándo iniciaste en el mundo del arte plástico?
Inicié formalmente con murales en el año 2012, decidí apostarle a mi talento y alejarme del molde de la sociedad, realicé mi primer dibujo este mismo año, identificado como el mural de las ranas, el cual se encuentra ubicado en el parque los pinos, en ese momento yo sabía que mi mundo estaba ahí.
Para el 2013 conformé el colectivo “Bagüe” con otros artistas soposeños, Juan David Díaz, Jhonny Valbuena, Alejandro León y Miguel Jiménez, nuestro trabajo consistía en generar un muralismo participativo y de construcción, rescatar todo el tema prehispánico y generar conciencia colectiva a partir del muralismo. El primer gran proyecto fue el muro detrás del hospital, una obra que recopila parte de la cultura ancestral muisca de Sopó. Bagüe continúo hasta 2015, realizamos aproximadamente 22 murales pero quedó en pausa principalmente por la falta de apoyo económico.
Foto: Manuel Figueroa
Me acerqué al mundo de los cuadros, logré un espacio en la galería municipal para tener mi primera exposición, allí los asistentes encontraron una muestra introspectiva, obras para resolver mis dudas frente al mundo.
- ¿En qué momento retomas el arte muralista?
Durante un tiempo lo dejé de lado y me dediqué a una formación autodidacta, que me permitiera alimentar mis habilidades y perfeccionar mis técnicas. Un día llegó una oportunidad que no podía dejar pasar, Yaneth Calderón, muralista mexicana me contactó, y entre una y otra casualidad, como que su esposo llevaba mí mismo nombre y también era muralista terminó invitándome a la 1ra Jornada de Muralismo Siqueiriano, un encuentro que reunió a 14 artistas, 8 de México, 2 de Colombia, 1 de la india y 1 de Perú.
- ¿Cómo fue la experiencia en México?
Durante mi estadía realicé dos murales cada uno de 6mt X 4mt, el primero en el municipio de Pacula, en las telesecundarias, sistemas educativos en el que los chicos aprenden a partir de un medio audiovisual, debido a que es tan lejos que no llegan los profesores. En ese primer mural lo que intenté plasmar fueron sus costumbres y mi convivencia, el mural fue completamente improvisado, ya que no planeé absolutamente nada, sin bocetos.
Posteriormente nos desplazamos a Poxindeje, otro municipio. Allí estuvimos todos los muralistas reunidos, fue muy bonito porque los espacios se dieron, esto debido a la cultura mural que se tiene allá, hay un proyecto que se llama la primera escuela de muralismo Siqueiros, como homenaje a José de Jesús Alfaro Siqueiros, un muralista de la revolución, y es liderada por Jesús el esposo de Yaneth. Lo que buscan es a partir del mural educar a las personas, pretenden hacer algo como la galería más grande del mundo que se encuentra en Colonia Morelos, básicamente es que todo el pueblo está pintado con murales. Allá pinté con mi compañero Colombiano, quién era de Buenaventura, lo que tratamos de hacer fue dejar ese estilo Colombiano, aunque es curioso como existen diferencias muy notables en cada región, lo sacamos entre los dos buscando rescatar el tema de la cultura
En cada jornada al terminar realizamos la develación de los murales, la cual consistía en reunirnos y pasar develando que había hecho el otro, porque no teníamos conexión de nada con los otros muralistas, se realizaron unos murales con una calidad impresionante.
- ¿Qué te quedo de esta experiencia?
Me quedo con la convivencia, el aprendizaje, los paisajes, nunca había visto tantas estrellas en mi vida.
Adicionalmente, dimensionar la diferencia entre México y Colombia frente a la cultura artística, a diferencia de Colombia, México tiene su cultura muy arraigada, tienen una ideología del arte mural impresionante, lo cual es muy notable, porque mientras allá la gente llega y te da comida acá te ven rayando un muro te botan la policía, lo cual me hace ver que hay cosas que necesitan ser cambiadas, el concepto del arte en Colombia es algo que está muy flojo, es una chica que está coja.
- ¿Cómo está Sopó frente al tema artístico, quizá específicamente en muralismo?
Lo que he visto en el municipio es que no hay un referente al que puedas acudir y decir tengo esté proyecto, quiero hacer un colectivo, tengo está gente y quiero lograr esto y esto.
En cuento al arte de la pintura, el arte mural, es algo muy particular, aquí se apoya la música, se apoya el teatro, se apoya todo, pero la pintura o el arte plástico como tal siempre ha estado como muy encerrado, la pregunta es ¿Cómo cambiar la mentalidad de las personas de un pueblo que es tan conservador? ¿Cómo le haces entender a un pueblo que este tipo de artes, de una u otra forma son necesarios? Las veces que yo hacía murales a mi botaban la policía, me decían “se está tirando el pueblo colonial”… y yo decía dónde está la colonia, donde está el patrimonio, lo que nosotros estamos haciendo es construyendo a partir del mural, nosotros estamos creando patrimonio, se usa la excusa del muro porque esta visible ante todos, inclusive esta abierto para la participación de la comunidad.
- ¿Qué viene para tu vida artística?
La idea es seguir trabajando, en el momento tengo un muro en Alpina, es interesante porque yo siempre he criticado a las empresas, pero es bonito a la vez entrar y no hacer lo que todos hacen, sino llevar arte, colores a un mundo donde todo es gris, todo es mecánico, cuadriculado.
Quiero crear la primera escuela de muralismo del municipio, todo con los mismos argumentos, con un contenido social, para que la gente se concientice.
- ¿Con qué sueñas?
Sueño con un pueblo lleno de murales, lleno de personas en este parque con sus caballetes registrando lo que pasa, donde los chicos se concentren en un arte que sirva para las futuras generaciones, que se puedan transmitir las problemáticas que pasan actualmente, como que nos están quitando los espacios verdes, eso es lo que tenemos que llevar a los cuadros o a los muros, el arte es para eso, el arte es una herramienta social.