Desde hace unas semanas, algunos vecinos del sector Las Juntas, en la vereda La Balsa, se han opuesto rotundamente al inicio de la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR CHIA 2, proyecto de la Alcaldía que se levantará justo en ese sector.
Los vecinos alegan, entre otras razones, que el contratista no puede ingresar la maquinaria por terrenos que -para ellos- son propiedad privada. Por eso han llegado incluso a estacionar sus vehículos para impedir el paso de las máquinas y por ende el arranque de las obras.
No obstante, la Alcaldía de Chía, con los documentos idóneos, está en capacidad de demostrar que dicha entrada no solo no es privada sino que, además, le pertenece al Municipio.
La historia de la propiedad de esos terrenos, denominados Entre Rios, se remonta a los años 90, cuando todas esas tierras eran de la familia Parra Dussan. Tras el permiso de la Oficina de Planeación de entonces, ellos dividieron y empezaron a vender, por separado, cada lote. En total 21 lotes.
Por su parte, y luego de estudios técnicos, el Municipio de Chía había establecido la imperiosa necesidad de construir una nueva Planta de Tratamiento de Aguas Residuales y había establecido que el lugar era, precisamente, la finca Entre Ríos.
Entonces, con miras a volver realidad ese proyecto la administración del entonces alcalde Orlando Gaitán empezó la compra de predios en el año 2011. Ahí se compraron dos predios y, la siguiente administración, ósea la del alcalde Guillermo Varela, compró otros 12 predios, para un total de 14.
A uno de esos predios comprados por la Alcaldía (El Frutillar) le pertenece –según escritura 41 de 1992- el terreno que hace de entrada o servidumbre al resto de lotes. Así, y aunque todos los propietarios tienen derecho de uso sobre la servidumbre, solamente uno es dueño. Y ese es el Municipio de Chía.
Prensa Alcaldía Municipal de Chía