Pasa el tiempo, pasa la vida, a muchos por el lado y otros no la dejan pasar sin antes sentirla; por eso hoy sentimos las necesidades de nuestro pueblo, de nuestra gente, pero hoy especialmente la de nuestros jóvenes y como no las queremos dejar pasar de lado, es necesario darle una miradita a la casa de la juventud, se supone “nuestra casa de la juventud”. La falta de comunicación hace que haya falta de participación, y genera exclusión porque se supone que todos los jóvenes de Sopó deben hacer parte de ella. Teniendo en cuenta las diferentes habilidades de los jóvenes, podrían enriquecerlas más, en este espacio donde debería haber un lugar para pintar, para actuar, para escribir, para leer, para cantar, para bailar, para expresar todo sin cohibición alguna, pero con conciencia.
Es triste no sentir que es nuestra, no contar con el apoyo que de ella merecemos… y merecemos un espacio para la vida y digo vida porque el equilibrio de ella es arte, es cultura, es formar conciencia, es crear estilos de vida, es dar oportunidades, porque da más tristeza aún, que entre tanto talento los jóvenes desperdicien su tiempo por falta de un espacio, de un instrumento para expresar con sus manos la pasión que llevan dentro, o para pintar con el alma su inconformismo, para esculpir con el corazón la libertad, y muchas cosas que empiezan en un día porque sienten, viven, piensan y necesitan ser escuchados, no solo entre sus compañeros de clase o por la gente que vive con él, sino por todo un pueblo que necesita escuchar y sentir que ser joven no es estar en un concierto fumando, o en una esquina bebiendo, o quedarse en una oficina sentado insensible a las necesidades de su gente, o en frente de un computador que consume y asesina las ideas, como lo interpretan muchos. Porque no somos ni queremos ser el joven que los estereotipos han hecho ver y la sociedad se acostumbró a mirar y por esto no hace nada por cambiar; porque aquí siempre la culpa de todo la tiene el de al lado. Y ya nos cansamos de ver cómo en un espacio tan importante hay una persona al mando que deja que las necesidades pasen desapercibidas. Quien la dirige tal vez se le sale de las manos su cargo, pensando que entre toque y fogata es la única forma de decirle a un joven que el futuro es hoy; alguien que está invitando a formar y a crear, pero, ¿cómo alguien va a formar a otro, si no tiene el criterio para hacerlo? Cómo pedir esto a alguien que esconde lo que hace y da ejemplos indebidos a los jóvenes, tal vez sin querer, y entendemos que es de humanos ser débiles, pero todo tiene sus límites, y hemos podido comprobar que el trato y sus actitudes no son las mejores, y dicen por ahí que hay que ser el mejor en lo que se hace, más aún cuando se debe ser guía de muchos sueños y jóvenes que son el futuro, entonces ¿qué podemos esperar si los espacios están mal utilizados o mejor, nuestros espacios? Teniendo en cuenta todo esto, es más un llamado a la conciencia y a la razón de los jóvenes de Sopó, es un llamado a la reacción porque nos compete y la necesitamos, aunque suene a frase de cajón “sólo la unidad nos hará grandes”.