El municipio de Sopó se ha caracterizado por su gran riqueza y biodiversidad natural, además por ser un municipio ecoturístico y ofrecer deliciosos postres. Pero más allá del marketing y los servicios, el territorio tiene características llamativas, razón por la cual hoy alberga a varios extranjeros que residen en él.
Le preguntamos a algunos de los que decidieron escoger Sopó como su hogar y nos contaron la razón que los llevó a despertar cada día en este bello municipio verde. Conózcalos:
Carmen Lobo
Es española hija de una escritora y un ingeniero de minas, se dedica al oficio de distribución de ladrillo a construcciones. Llegó a Sopó por un cuñado que residía aquí y hacia el año 2009 decidió empezar una nueva vida con sus 2 hijas.
Una de las cosas que más le gusta en la vida es ayudar a las personas y desde que llegó ha dedicado gran parte de su tiempo a contribuir desde su profesión a la mejora de diferentes espacios necesarios para su comunidad. Su sueño ahora es iniciar una empresa de comida española para traer la diversidad de sabores que ofrece este país y que de esta manera los soposeños conozcan su cultura y tradición gastronómica.
«Venirse solo y con problemas es difícil pero la gente es encantadora. Lo más lindo que tiene es el paisaje, de aquí no me voy, es un sitio que ofrece calidad de vida y espacios muy bellos para la practica de actividades deportivas y culturales».
Maikel Betancourth
Después de realizar una gira por varios países, este cubano licenciado en arte dramático, decidió aceptar la invitación de una habitante de Sopó y aunque llegó hace 8 años a Colombia, se enamoró del paisaje y tranquilidad que ofrece este municipio. Llegó con la ilusión de hacer el proyecto «Había una vez» dirigido a niños y fue el creador de la corporación Espacio Teatral conformada por 12 soposeños. Este proyecto lo califica como su mayor aporte, pues con el teatro ha logrado representar al municipio en diferentes lugares. Su sueño ahora es posicionar Espacio Teatral como un centro cultural que ofrece teatro profesional.
«Sopó es mi segunda casa, yo siento que soy de aquí porque me identifiqué con los soposeños y aunque he viajado a otros países veo que este pueblo es diferente, es un lugar tranquilo. Lo que más me gusta es el apoyo y amabilidad que he encontrado en la gente, no me siento excluido por ser extranjero y me han acogido muy bien»
Ahora cumple 6 años en el municipio y piensa seguir su vida aquí, haciendo teatro «Cuando estoy en Sopó hablo mucho de Cuba, cuando estoy en Cuba hablo mucho de Sopó, siempre llevo un pedacito de cada país conmigo»
Elisa Fernández-Ardisana
Desde siempre se vio atraída por lugares que presentaban características similares a las de Sopó con una gran riqueza ambiental. Hacía locución en España pero desde que visitó el municipio se enamoró del lugar y se vino a vivir y formar su familia aquí. Es Hija de un catalán y de una canaria y aunque extraña estar en su país con su familia, afirma que quiere continuar disfrutando de cada día que vive en Colombia.
«Siento un gran respeto por esta preciosa zona del país. Me encanta la montaña y el amanecer que tengo cada mañana, me siento completamente feliz, si debo quedarme aquí por siempre, con dicha lo haré».
Rafael Llamozas
Desde hace 8 meses se encuentra viviendo en Sopó, llegó porque sabía que venezuela, su país natal, no le ofrecía un gran futuro, pues la situación en términos económicos y políticos truncaría sus sueños. Encontró en este municipio un lugar idóneo para vivir, además porque su novia, quien también es venezolana, llevaba varios años viviendo aquí. Uno de los mayores aportes es su sazón, pues le pone su toque personal a las preparaciones del restaurante italiano para el que trabaja. Es diseñador gráfico de profesión pero su sueño es dedicarse al arte corporal. Aunque dice extrañar a su familia, quiere quedarse para iniciar y compartirle a los soposeños su talento en las artes.
«Para ser un pueblo frío tiene gente calurosa. Lo que más me gusta de Sopó es la vegetación y que la cultura es muy diferente, la juventud siempre esta en constante movimiento y la gente enfrenta el día a día con la mejor actitud».
Stefany Suárez
Esta venezolana estaba en busca de un lugar bonito y diferente para casarse, es así como hace un año dio con la iglesia Divino Salvador de Sopó. El lugar llamó tanto la atención que sin haberlo planeado terminó viviendo aquí con su esposo. Lo que más le gusta de este municipio es la tranquilidad y el paisaje con el que se encuentra cada mañana.
Su mayor aporte en el municipio es el conocimiento que tiene desde el área de la salud, pues con su consultorio de fisioterapia atiende a todos los soposeños que lo necesitan.
«Me encanta este municipio, es limpio y muy diferente, aquí podemos caminar y respirar naturaleza. Por ahora no tengo planes cercanos de irme, realmente si me quiero quedar aquí, disfrutando y conociendo toda su cultura»
Arturo Gallardo
Su país estaba pasando por un momento muy delicado, es por eso que este chileno licenciado en historia, geografía y quien además es artesano decidió venirse a vivir a Colombia. La aventura inició en el año 1987 cuando con maleta en mano recorrió gran parte de América Latina por tierra, su último destino fue Colombia y después de pasar por diferentes ciudades y pueblos llegó en el 2006 a Sopó, municipio que lo encantó pues su anhelo siempre fue buscar un lugar apacible, verde y con mucha naturaleza.
Ahora se dedica a su empresa de marionetas, proyecto con el que ha dejado en alto el nombre del municipio por su participación en diferentes exposiciones.
«Extraño a mi familia, pero uno es del lugar que ama, y yo me siento parte de la comunidad soposeña. Respeto mucho el municipio porque sé que tiene cosas maravillosas a nivel histórico y a nivel cultural, además de la belleza que ofrece su paisaje».