Además de los casi 20 robos a residencias en Chía y de los más de 2 mil millones de pesos que según las autoridades habían hurtado en joyas, electrodomésticos, dinero en efectivo e incluso marihuana –hay pruebas de que llegaron a robar una denominada ‘olla’-, ‘los balseros’ eran temidos por una sola cosa: la violencia contra niños, ancianos y mujeres.
Se trata de una organización criminal que se dedicaba al robo de residencias de estratos altos en la Sabana y que fue desarticulada esta semana por efectivos de la Sijín-Chía y Policía Cundinamarca y cuya cacería empezó hace aproximadamente siete meses, con el recrudecimiento de robos a residencias con el mismo modus operandi: entraban a las viviendas usando la fuerza, golpeaban, amordazaban, amarraban y torturaban a las familias hasta obtener información de claves y cajas fuertes.
La banda, conformada por al menos 14 integrantes, salió del anonimato recientemente por haberse atrevido a robar en la finca de la ex candidata presidencial y ex ministra de defensa Martha Lucía Ramírez, el pasado 6 de noviembre. Los delincuentes, precisamente, torturaron gravemente a uno de los trabajadores de la dirigente conservadora.
Precisamente, dentro del prontuario de esta organización delictiva, aparecen víctimas como un ex alcalde de Cota (Cundinamarca), un empresario a quien le habrían cortado una oreja cuando se negó a revelar información bancaria y testimonios según los cuales los delincuentes amenazaban con cortarles los dedos a niños y ancianos.
El comienzo del fin de este grupo de bandidos ocurrió siete meses atrás, acorde con los investigadores cercanos al expediente. La interceptación de al menos 20 líneas telefónicas y la llamada de uno de los delincuentes a su pequeña hija fueron claves para establecer el lugar en el que se reunían a planear cada golpe, que daban dos veces por semana: la casa de uno de los ladrones que responde al alias de ‘Tato’, en el barrio Alamos, en Bogotá.
El ‘protocolo’ de la banda era siempre el mismo. Antes de desplazarse hacia el sitio de reunión, todos los integrantes apagaban sus celulares y encendían una red de avanteles. “Teniamos interceptados los teléfonos y cuando los apagaban, sabíamos que iban a robar, pero no sabíamos en dónde”, aseguró un oficial adscrito a la investigación.
Dentro del seguimiento, precisamente, llamó la atención que uno de los delincuentes pertenecía al Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía hacía 17 años. “Este sujeto trabajaba en la Unidad de Desaparecidos del CTI en Bogotá, era investigador tipo IV, el máximo rango, con un sueldo cercano a los seis millones de pesos y sabía exactamente qué hacer y cómo hacer para no ser descubierto”, aseguró otro de los uniformados cercanos al proceso. No obstante, el dato que más sorprendió fue la hoja de vida de dicho sujeto. “En el CTI este hombre era considerado un héroe, pues en 2016 se enfrentó en una buseta a un grupo de ladrones dando de baja a uno de ellos y recibiendo impactos de arma de fuego que lo mantuvieron hospitalizado durante meses”, narró el uniformado.
“Este es el resultado de un trabajo disciplinado que hemos adelantado de la mano de la Secretaría de Gobierno y con la Policía para garantizar la tranquilidad ahora que llegan las fiestas decembrinas. No vamos a bajar la guardia. Nuestro compromiso es con la seguridad”, dijo el alcalde de Chía Leonardo Donoso.
Prensa Alcaldía Municipal de Chía