Hace 16 meses, Diego Morales salió de Colonia del Sacramento, su ciudad natal, emprendiendo un viaje que muchos desean, pero pocos harían.
Este uruguayo de 24 años salió de su casa el 30 de abril de 2014, llevando con él poco más de 1.500 dólares, una maleta de viaje y el sueño, disparatado para muchos, de recorrer toda Suramérica en su bicicleta.
Desde muy pequeño sintió pasión por los viajes y la aventura, pero nunca tuvo los recursos suficientes para emprender vuelo. Inicialmente, cuando decidió realizar el viaje, recibió burlas y comentarios de sus amigos y familia, pero con el tiempo, y gracias a su empeño y determinación por hacer las cosas, tuvo la oportunidad de contar su historia en los medios de comunicación locales, lo que generó una gran acogida y apoyo por parte de la población, animándolo a continuar.
“Estaba esperando el momento perfecto, pero un día vi que nunca iba a ser, así que cogí un momento, y lo volví perfecto”.
Partió desde Uruguay, siguió a Brasil y a Venezuela y lleva ocho meses en Colombia, país en el que según él, se “amañó”, y “que no piensa dejar hasta que conozca todo lo bueno que tiene para ofrecerle”.
“La razón por la que creo que la gente no lo hace es porque no quiere dejar la comodidad de su vida. Lo más difícil es despegarse de lo seguro, de las cosas que tú sabes que tienes, como la familia, el estudio y los amigos y cuando te vas aprendes a valorarlos mucho más”.
Aunque ha tenido momentos de dificultad, este viaje sin duda alguna le ha cambiado la vida, dándole otra perspectiva acerca de las cosas materiales, de los apegos y de las relaciones con las demás personas.
“Con la mano en el corazón te digo que este viaje es lo mejor que me ha pasado en la vida, he aprendido cosas que no aprendí en ninguna escuela, me he enriquecido con otras culturas, he crecido mucho como persona. Lo más importante es lo que he aprendido”.
Un año y medio y el viaje no termina, pues aún le quedan por recorrer Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, lugares en los que espera demorarse al menos 16 meses más, antes de llegar de nuevo a su destino: Ciudad del Sacramento, Uruguay.
“Me gusta que se conozca mi historia porque las personas piensan que no pueden viajar porque no tienen plata, y eso es mentira. No se necesitan más que las ganas y la voluntad. Sea para emprender un viaje, graduarse en una facultad o querer ser médico, con esfuerzos y amor no hay imposibles”.