El Downhill es una modalidad ciclística de reciente práctica que exige mucha destreza, fortaleza física y por supuesto, agallas.
Se trata de una prueba en la que los ciclistas se lanzan desde un punto alto de un cerro a través de una trocha super accidentada y empinada, hasta llegar al final de la pendiente. El ganador es el que hace el descenso en menor tiempo.
Por lo general son recorridos cortos de máximo 3,5 kilómetros que los corredores cubren en un tiempo de entre 3 a 6 minutos a velocidades de 80 kilómetros por hora en promedio. Es decir, un descenso lleno de emoción y pura adrenalina.
En los cerros del municipio de Sopó, a sólo media hora de la Bogotá, la capital de la república de Colombia se encuentra uno de los mejores espacios para la práctica del Downhill, y es por eso que se han realizado competencias a nivel nacional.
Es una competencia que exige una combinación de físico y técnica. Debido a la exigencia de la pruebas, la mayoría de los corredores que hoy practican Downhill, provienen de las canteras de la motocross y su símil en ciclismo, la categoría BMX.
Pero si usted reúne los requisitos para practicar el Downhill, y no teme partirse un brazo o una pierna durante un descenso, tiene además que invertir una buena cantidad de dinero, entre 5 y 7 mil dólares, en una bicicleta equipada para este tipo de competencias. Las bicicletas de Downhill pesan el doble que una normal de competencia. Tienen un sistema de amortiguación, llantas y timón similares a los de una moto, además de un chasis reforzado y pesan alrededor de 21 kilos.
Para aventureros que todos los fines de semana se lanzan desde cualquier pendiente que encuentran en los cerros de Sopó, la inversión y el riesgo valen la pena. ¿Usted que dice, se anima?.