Su Slogan es: “Dame una mano, yo la recibo con las manos limpias”. El periodista zipaquireño, Gustavo Castro Caycedo, candidato al Senado por Cambio Radical, dice: que, “Hay congresistas honestos y responsables, pero otros no lo son; como elector fui traicionado. Unos “prometen mentiras”; otros son corruptos y clientelistas, y algunos, están hoy en la cárcel, condenados. Eso ha defraudado a muchos colombianos que ya no creen en ellos; que quieren candidatos limpios, que no se pongan al servicio de “sus dueños”, es decir de quienes los compraron. Pero el Congreso no cambiará por si mismo, pero el voto de opinión, racional, lo puede lograr.
Castro Caycedo, reconocido como un periodista independiente, crítico e investigador. Su fuerte son los temas sociales sobre salud, violencia, violencia infantil y juvenil; influencia social de la televisión; e infancia, juventud y mujer.
Ha sido Presidente del Círculo de Periodistas de Bogotá, Presidente de RCN Radio, Director de Inravisión; Director del Noticiero Cinevisión, Vicepresidente del Consejo Nacional de Televisión, Columnista de El Tiempo, El país y La República; Director de la Revista Al Día; asesor de 12 empresas de comunicaciones, autor de 30 libros y coautor de 9 más; profesor universitario, asesor del Instituto Anticorrupción de la Universidad del Rosario, y ganador de varios galardones y premios de periodismo.
Creó y ejecutó el Premio CAFAM a la Mujer; fue director de las campaña, “Lucha contra la Pobreza” durante el gobierno del Presidente Virgilio Barco; asesor en la Consejería para el Desarrollo Social de la Presidencia de la República; de la Dirección del Bienestar Familiar, (Estudio sobre “Los niños en los grupos armados”); de la Presidencia del Seguro Social (1983 a 1985) y director de su “Plan Educativo de salud”, y fue Comisionado por los Presidentes Belisario Betancur, Virgilio Barco Vargas y Ernesto Samper Pizano para el Empalme de sus gobiernos en el Sector de las Comunicaciones.
¿Cómo un periodista crítico de los políticos, cayó en la política?
– Aunque no soy político, acepté ser postulado por Cambio Radical, para servirle a la sociedad, y escogí el Número 22 porque es de fácil recordación. No tengo sede, ni vallas, ni afiches, ni derrocho en publicidad, ni compro votos, ni…Solo cuento con unos volantes y muchos amigos, que son más importantes que el dinero. No le pedí plata a nadie, y tampoco acepté ofertas, porque no he vendido independencia. Quiero llegar al Senado, fiel a mi slogan: “Dame una mano, yo la recibo con las manos limpias”…De pasado y de presupuesto.
Me proyecto por la Internet, hablo con la gente, salgo a la calle a hablar con las personas. Nada de manifestaciones mentirosas, ni maquinarias, ni clientelismo.
Conozco bien a Colombia y sus problemas, soy preparado, tengo experiencia, energías, y deseos de servirle al país. No busco prebendas, ni defender los intereses de unos patrocinadores, porque no tengo patrocinadores, “ni dueños”. No le pedí ni acepté dinero a nadie para mi campaña, para no perder mi independencia y porque ante la pobreza que afecta a la mayoría de los colombianos, me parece injusto dilapidar tanto dinero.
¿Y entonces, cómo financió Usted su campaña?
– Se dice que hay candidatos al Senado que gastan hasta dos mil millones de pesos para ser elegidos. Aunque pude hacerlo, yo no pedí ayuda económica, vendí parte de una colección de Quijotes que inicié hace casi 50 años. Se que mi reto es difícil pues no tengo sede, ni vallas, ni avisos…No compro votos, ni negocio principios, ni ofrezco puestos, ni hago falsas promesas de campaña.
¿Y es que acaso cree Usted que va a cambiar al país?
– Claro que no, pero lo que sí puedo es trabajar para que mejore algo. Mi único compromiso es mi patria, la de mis hijos, mis nietos, mis sobrinos, la de millones de niños y jóvenes ignorados, sin respuestas del Estado.
¿Y qué está pasando entonces con los jóvenes colombianos?
– En el tema de la juventud hay varias cosas por considerar, y la primera es que los congresistas con ojo y mentalidad de adultos, legislan para un país de jóvenes, sin saber cómo piensan y viven ellos; cuál su realidad, cuáles sus problemas, expectativas, prioridades o sueños: Ignoran su capacidad potencial (desperdiciada) para el desarrollo y el progreso de Colombia. Hoy los jóvenes se interesan en el ciberespacio que les da alternativas; ellos no toleran los discursos mentirosos repetidos por algunos políticos
Para el Estado, los jóvenes son buenos solo para ponerle el pecho a las balas, como soldados o policías, y ahora, para que arriesguen su vida “graduándolos” de “sapos”, sin que importe el grave peligro que eso representa para sus vidas. Se les cambia la educación en valores por una para el odio social y la guerra urbana, a cambio de unos miserables pesos. Eso no puede ser.
¿Y cuál es su programa legislativo?
– Como periodista aprendí y he practicado siempre la responsabilidad social, y a estar del lado de los ciudadanos; por eso no prometo nada distinto a legislar con conciencia sobre temas de los que me he ocupado siempre: defender los derechos de los niños y los jóvenes, que no son (como dicen), «el futuro de la patria”, sino su más dramático presente. Voy a trabajar por unas políticas de salud justas, dignas y eficaces, y no para defender los intereses de quienes explotan este medio de manera mercantilista; y sobre todo, combatir a algunas indolentes instituciones de salud que parecieran pregonar: “sálvese quien pueda”; que hasta practican «el paseo de la muerte», encubiertas por entidades tan deshumanizadas y cómplices como la Superintendencia Nacional de Salud. Y también combatir y buscar que se sancione ejemplarmente a los funcionarios que maltratan, irrespetan y dañan a los consumidores, con la complicidad de otras instituciones alcahuetas, como la hoy nula, Superintendencia de Servicios Públicos. Y combatir también a los cobardes que le niegan sus derechos a los ancianos; a quienes quieren “raponearle” sus pensiones; a quienes se roban los recursos del Estado para la salud, causando impunemente la muerte de muchos colombianos. Yo conozco bien los problemas de los pensionados, porque los he sufrido como pensionado, y soy testigo de cómo irrespetan y humillan a muchos de ellos. Se que nadie puede hacer tanto en el Senado por la causa y los derechos de los pensionados, como otro pensionado, y yo lo soy.
¿Cómo ve Usted la Seguridad Democrática?
Si es democrática, es para todos, incluyendo a los habitantes urbanos ¿O no? La seguridad democrática ha fracasado en las ciudades, donde las familias de bien están desprotegidas e impotentes frente a los criminales. El 85 por ciento de los homicidios que se cometen en el país, no son causados por la guerrilla, el paramilitarismo o el narcotráfico ¡No!: Son cometidos por la delincuencia común urbana, y por la intolerancia de los ciudadanos. Las mujeres, los niños, los jóvenes, los ancianos, están en la mira y en las manos de los hampones. Así, muy poco representa que unos cuantos ciudadanos que tienen finca puedan ir a ella tranquilos, si caen víctimas de la delincuencia en las ciudades; al salir del cine, de un supermercado, en un parque o en una calle, en la noche o en pleno día. Los niños y los jóvenes son asaltados frente a sus escuelas o colegios, o al dirigirse a sus casas. Ya es hora de implementar correctivos eficientes a este fenómeno que aterra y enluta hoy al país. Creo en una seguridad democrática integral, no a medias.
Según usted ¿Qué otros problemas graves afectan al país?
Hay infinidad de problemas graves que deben ser afrontados con seriedad y responsabilidad por parte del gobierno y del Congreso: los explosivos índices de desempleo; la corrección de la improvisada y deshumanizada reforma de la salud; la fracasada y corrupta política agrícola que necesita derroteros recuperadores. Los desplazados claman por respuestas con dignidad, y todos sabemos que sin inversión social, no habrá paz. Es hora de que el Estado deje de intimidar y desestabilizar sicológicamente a los pensionados, amenazando sus conquistas legales y sus ingresos; urge un ministerio de salud con sentido humano, que establezca políticas de salud estables, juiciosas y justas.
¿Desea agregar algo?
– Sí, claro, quiero recordarle que soy el candidato de Cambio Radical al Senado número 22, y que le envío un mensaje a cada un lector: Por favor, “deme una mano” con su voto, extienda mi mensaje a sus familiares y amigos, dependo de Usted. Si desea conocer algo de mi trayectoria entre al siguiente link: http://gustavocastrocaycedo.es.tl.