El Hablador Periódico de Sopó
Sopó, enmarcado por sus parques, plazoletas y sus coloridas edificaciones, se aparece a menudo como un lugar fantasma; espacios creados para el saber y la interacción se dejan en el olvido, se dejan morir, por falta de estrategias de gestión cultural. Espacios como el Centro de Eventos Recreo-deportivos (Plaza de Toros), la Concha Acústica, el museo municipal y las bibliotecas, resaltan por el abandono y el bajo aprovechamiento, evidenciándose la necesidad de una mayor difusión y construcción cultural, a través de la creación de redes sociales físicas, que pueblen y den vida a los lugares.
Nuestro municipio pide por el desarrollo de espacios públicos con una adecuada proyección del paisajismo, que permita a los habitantes del pueblo trascender las barreras de su casa como propiedad privada, para pensar y vivir el espacio público, asumiéndolo también como casa, como hogar y colectividad. Dicha convivencia, entendida como sentido de pertenencia hacia el pueblo, debería ser una constante en cada soposeño, que así como cuida y quiere su propia vivienda, vele también por lo que es suyo y a la vez es de todos, por aquello que beneficia y es útil a la comunidad.
Se manifiesta, lo imperioso de llevar a cabo estudios previos a la ejecución y construcción de todo proyecto urbanístico, no sólo ejecutándolos para cumplir con un programa de gobierno. La clave está en que los espacios generen una mejor calidad de vida y a su vez en que se promuevan actividades que impulsen tales lugares, acciones sanas que llamen a una apropiación amigable de la plaza, del parque, del salón e incluso de la calle. Se trata de preguntarles a las personas, acerca de lo que realmente quieren en materia de obras públicas, buscando, desde cada uno hasta nuestros dirigentes, que los espacios sean atemporales, que se resistan al tiempo, evocando ideales, valores y tradiciones.
Como construyamos hoy, veremos el mañana.
El reto de la expansión urbana es una realidad que debemos afrontar responsablemente, pensando en el desarrollo de todos los habitantes, fomentando iniciativas laborales, suscitando dinámicas en torno al embellecimiento público, ofreciendo cada vez más zonas aptas para usar y contemplar. Se habla de romper la monotonía, de crear un mejor lugar para compartir en familia, entre amigos o a su vez para nutrirse del pensamiento de otros.
