Una manera de ver la imaginación

Todos los individuos cuentan con una capacidad creadora que se activa desde el momento en el que surge un chispazo de inspiración o cuando en el contexto en el que se encuentran aparecen necesidades por satisfacer o problemas por solucionar. Es así como, gracias a esta capacidad creadora, han aparecido los grandes inventos de la historia, las impactantes obras de arte y las fantásticas obras y narraciones literarias, que al igual que las anteriores, le permiten a las demás personas deslumbrarse por la practicidad y funcionalidad de muchos objetos creados y transportarse a otros momentos y espacios en el momento de apreciar o interpretar una obra de arte, leer un cuento, un verso o una novela.

El proceso creador va de la mano de la imaginación, la cual ha sido tema de reflexión de muchos autores. Lo paradójico de este tema es que mucha veces desconocemos o ignoramos que todos lo seres humanos poseemos una capacidad imaginativa, considerando de manera errada ser personas “poco imaginativas”. Esto permite afirmar que la imaginación no es un don que únicamente ha favorecido a unos pocos mortales, por el contrario, es una facultad que todos los sujetos poseen y que se va fortaleciendo a lo largo de la vida.

Cuando se activa la imaginación, no necesariamente los productos que de esta surgen deben alcanzar un carácter novedoso y único dentro del contexto en el que se crean, también se consideran imaginativas las cosas creadas a partir de la reproducción de las experiencias vividas por cada ser humano, de sus emociones o de las experiencias, que aunque no se hayan vivido personalmente si han sido vividas y contadas por otros.

Dentro del contexto escolar los niños se ven expuestos a tareas en las que pueden expresar a través del dibujo, la escritura, el arte plástico etc., su capacidad imaginativa. La mayoría de veces estas creaciones reproducen las experiencias tanto personales, como las que han podido vivir otros sujetos cercanos, asociadas a un sinnúmero de emociones, es por esto, que cuando los estudiantes se ven enfrentados a la escritura de un cuento, por ejemplo, casi siempre aparecen personajes, situaciones, espacios y problemas que hacen parte de la cotidianidad o que se han visto en películas o leído en diferentes historias. Sin embargo, el proceso imaginativo también hace uso de los intereses que acompañan a los sujetos a lo largo de su desarrollo, es decir que durante la infancia existen unos intereses particulares y a medida que pasa el tiempo estos se van modificando; tanto así que algunos autores han planteado que entre más maduro sea un individuo, más imaginativo podrá ser, ya que tendrá dentro de sí una mayor cantidad de experiencias.

El que un niño construya historias cargadas de principes, castillos, dragones, ogros, madres, padres, hijos, guerras, etc., no significa entonces que sea poco imaginativo, lo que ocurre es que su imaginación en ese momento manifiesta un carácter reproductor. Es precisamente acá, en donde la escolaridad puede ofrecer un acompañamiento a la imaginación al generar situaciones en las que los estudiantes puedan tener contacto con actividades en las que evoquen experiencias vividas por estos, permitiéndose su transformación y combinación con emociones, o con otras experiencias ajenas. En este sentido, por ejemplo antes de sentarse a escribir una historia o crear un dibujo, se puede inducir la actividad motivando la combinación de un par de palabras obtenidas al azar y que aparentemente no tienen ninguna relación; o porque no fomentar la creación a partir del uso de palabras antecedidas por un prefijo que altera su significado usual, como por ejemplo un “antiparaguas”, o la unión de palabras que riman entre sí o que comienzan por la misma letra o el planteamiento de un “que pasaría si…”.

Estos últimos ejemplos, solo son una muestra del gran número de actividades que se pueden desarrollar con los estudiantes al interior de las aulas, con el propósito de fomentar en éstos una mirada diferente del entorno, que se salga de la interpretación literal acostumbrada, para así llegar a encontrar posibles relaciones ocultas entre la cosas, a través de las cuales estos puedan expresar y combinar sus experiencias y emociones, ya sea a través de un dibujo, una narración, etc., y que al ser recibidas por otras personas, éstas se transporten a diferentes escenarios, momentos y realidades.

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